El día 17 de marzo de 2006 se dio inicio a los trabajos de la reconstrucción de un nuevo Templo para Dios; un gran desafío, pero también una tremenda fe que nos motivó a comenzar esta obra respaldados por el Señor, quien ha abierto las puertas y ha suplido las necesidades en el camino.
Ese día a las 16:00 hrs., nuestro amado pastor José Omar Arredondo, inspirado por el Espíritu Santo, nos instaba a ser valientes y a confiar en el Supremo Hacedor, aún cuando las cosas estén cuesta arriba, a siempre tener la confianza en el Señor y esta fe acompañarlas con obras, para que no sea muerta.
Culminado el mensaje, en un acto simbólico se dejaron guardada en una pequeña caja de metal, una Biblia y una lista con los nombres de los miembros de la familia de nuestro Pastor y de aquellos hermanos que iniciaron estos trabajos materiales, dejándola cubierta con concreto, debajo de la primera piedra en una excavación que sería para el primer pilar del frontis del nuevo templo.
La labor ha sido ardua, difícil y no exenta de luchas por parte de Satanás, queriendo muchas veces destruir y desmoralizar, logrando que más de alguna lágrima en silencio se derramara por las innumerables cosas que se van viviendo en el trayecto. Momentos alegres y tristes se han vivido, donde el Señor a renovado los ánimos y las fuerzas de aquellos que han sentido desmayar, levantando a hombres valientes, que sin importar el frío y el cansancio, Él ha dado nuevas fuerzas para que día a día estén levantando estos muros y a la vez las manos de nuestros pastores.
Como no agradecer estos hechos que dicen más que mil palabras, incluso subrayar actos de hermanos que han ayudado a que esta obra prosiga. En silencio se hacen muchas cosas, pero a veces es necesario mencionarlas para ejemplo de muchos. Dios conoce los corazones y las intensiones de el, y recompensara en público lo que se haga en silencio, de tal manera que le rogamos a Dios que inmensamente bendiga y prospere a nuestro hermano que se ha deshecho de la mayoría de sus bienes para que esta construcción no se detenga.
Agradecemos a los distintos hermanos (as) que de corazón ayudan económicamente a la compra de materiales para los avances, a las hermanas, que junto a su pastora incansablemente y sin mirar sacrificios han sido un puntal para todos, ayudando sin cesar con sus trabajos materiales y el respaldo de sus oraciones. A los niños que nos alegran con sus sonrisas, en momentos donde las fuerzas físicas flaquean y al oír sus cánticos alegran nuestros corazones, a esos jóvenes obedientes que el Señor les a instado a estar al lado de sus pastores, entendiendo que la bendición no vendrá del hombre, sino de lo alto. A nuestro hermano Michel Arredondo, encargado de la construcción del Templo, por su perseverancia y esmero, aún cuando se ha estado en la tormenta, son nuestros agradecimientos, y confiamos en Dios quién le dio esta tremenda oportunidad de hacer cabeza en esta construcción, fortalecerá sus fuerzas para levantar el vuelo como las águilas, y ayudara de igual manera cada día a hermosear la casa donde el Señor siempre quiere estar; en nuestros corazones.
Muy en especial a nuestro amado pastor, que nos ha dado un tremendo ejemplo al estar con nosotros trabajando día a día, aun imposibilitado de hacerlo, por el accidente que sufrió, que casi le hace perder la mayoría de sus dedos. Dios le Guarde y le ayude por siempre.
A todos ellos Dios los guarde y los bendiga inmensamente y al Dios eterno y misericordioso el cual hasta aquí nos ha ayudado, a Él es la Gloria, la Honra y la Alabanza por siempre.
Hrno. Fredy Arredondo.
Ese día a las 16:00 hrs., nuestro amado pastor José Omar Arredondo, inspirado por el Espíritu Santo, nos instaba a ser valientes y a confiar en el Supremo Hacedor, aún cuando las cosas estén cuesta arriba, a siempre tener la confianza en el Señor y esta fe acompañarlas con obras, para que no sea muerta.
Culminado el mensaje, en un acto simbólico se dejaron guardada en una pequeña caja de metal, una Biblia y una lista con los nombres de los miembros de la familia de nuestro Pastor y de aquellos hermanos que iniciaron estos trabajos materiales, dejándola cubierta con concreto, debajo de la primera piedra en una excavación que sería para el primer pilar del frontis del nuevo templo.
La labor ha sido ardua, difícil y no exenta de luchas por parte de Satanás, queriendo muchas veces destruir y desmoralizar, logrando que más de alguna lágrima en silencio se derramara por las innumerables cosas que se van viviendo en el trayecto. Momentos alegres y tristes se han vivido, donde el Señor a renovado los ánimos y las fuerzas de aquellos que han sentido desmayar, levantando a hombres valientes, que sin importar el frío y el cansancio, Él ha dado nuevas fuerzas para que día a día estén levantando estos muros y a la vez las manos de nuestros pastores.
Como no agradecer estos hechos que dicen más que mil palabras, incluso subrayar actos de hermanos que han ayudado a que esta obra prosiga. En silencio se hacen muchas cosas, pero a veces es necesario mencionarlas para ejemplo de muchos. Dios conoce los corazones y las intensiones de el, y recompensara en público lo que se haga en silencio, de tal manera que le rogamos a Dios que inmensamente bendiga y prospere a nuestro hermano que se ha deshecho de la mayoría de sus bienes para que esta construcción no se detenga.
Agradecemos a los distintos hermanos (as) que de corazón ayudan económicamente a la compra de materiales para los avances, a las hermanas, que junto a su pastora incansablemente y sin mirar sacrificios han sido un puntal para todos, ayudando sin cesar con sus trabajos materiales y el respaldo de sus oraciones. A los niños que nos alegran con sus sonrisas, en momentos donde las fuerzas físicas flaquean y al oír sus cánticos alegran nuestros corazones, a esos jóvenes obedientes que el Señor les a instado a estar al lado de sus pastores, entendiendo que la bendición no vendrá del hombre, sino de lo alto. A nuestro hermano Michel Arredondo, encargado de la construcción del Templo, por su perseverancia y esmero, aún cuando se ha estado en la tormenta, son nuestros agradecimientos, y confiamos en Dios quién le dio esta tremenda oportunidad de hacer cabeza en esta construcción, fortalecerá sus fuerzas para levantar el vuelo como las águilas, y ayudara de igual manera cada día a hermosear la casa donde el Señor siempre quiere estar; en nuestros corazones.
Muy en especial a nuestro amado pastor, que nos ha dado un tremendo ejemplo al estar con nosotros trabajando día a día, aun imposibilitado de hacerlo, por el accidente que sufrió, que casi le hace perder la mayoría de sus dedos. Dios le Guarde y le ayude por siempre.
A todos ellos Dios los guarde y los bendiga inmensamente y al Dios eterno y misericordioso el cual hasta aquí nos ha ayudado, a Él es la Gloria, la Honra y la Alabanza por siempre.
Hrno. Fredy Arredondo.
